miércoles, 9 de marzo de 2011

Explosión

Hoy no me siento nada bien, me siento igual de espejo que siempre, siempre lo mismo, siempre caras, gestos, lágrimas, risas. Estoy cansado de estar colgado en esta pared, en medio de éstos dos baños, tal vez si al menos me cambiaran de lugar, prefiero estar en un desván. La misma rutina me ahoga, siempre la señora Cristina con su mala cara y con su trapo más áspero que las historias que se pueden contar de éste lugar y de estos baños, "limpiándome" para que toda esa gente me haga sentir observado cuando realmente se observan a ellos mismos a través de mi. Cada vez me divierte menos ésta labor que debo cumplir como espejo, tal vez mi amargura hoy está más intensa que otras veces. Todo esto empezó justo hoy después de que doña Cristina terminara de "limpiar" los baños, todo estaba muy silencioso, de repente y de la nada se escuchó un ruido estremecedor, estuve muy cerca de hacerme pedazos, era como un zumbido alarmante que inquietaba hasta a las cucarachas de la pared, duró unos 15 segundos pero fueron los 15 segundos más largos de mi vida, de inmediato me entró mucha curiosidad por saber de dónde venía ese sonido, quería saber a quién carajo se le había ocurrido contaminar de esa manera, ya tengo suficiente con estar colgado en esta pared toda la vida como para hacerme pedazos de ésa manera. La forma de morir perfecta de un espejo es morir sabiendo que a los supersticiosos les quedan siete largos años de mala suerte, ¡no por un ruido infernal!. Luego de aquel zumbido aterrador, escuche otro que duró menos tiempo pero que fue tan intenso como el primero, no me explico qué sucede, no puedo ver nada desde aquí, sólo veo polvo...

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